Actividad de Land Art en el Jardín Botánico

Por: Alba Lucía Paredes*

 

El arte como disfrute

Desde el momento que el hombre hizo su aparición en este planeta, la necesidad y el interés por representar en imágenes su cotidianidad ha sido evidente y un legado magnífico y abundante nos han dejado nuestros antepasados, reflejando su visión de vida como referencia para las siguientes generaciones.  Dibujar es algo natural así como lo es bailar, cantar, actuar. Todos tenemos la posibilidad de desarrollar estas habilidades; obviamente para algunos puede ser más fácil y para otros no tanto. Para aquellos se ha convertido en su proyecto de vida, donde además de capacidades manuales e intelectuales, deben complementarlo con estudio y pasión. Para los otros que no tenemos las mismas habilidades, podemos convertirlo en disfrute, forma de expresión y terapia.

El arte es una gran terapia que nos ayuda a desestresarnos y ser creativos. Foto: Alba Lucía Paredes

La creatividad y la educación

La creatividad no está solo en los artistas; todos tenemos la creatividad latente porque es la mejor manera de resolver cualquier problema en la vida, sea éste cotidiano o trascendental. Los retos forman creativos. Si no, cómo hacen los ingenieros para diseñar un puente que sea práctico y además que se integre con su entorno (ver puentes colgantes, puentes de madera, puentes tejidos, puentes sobre el mar, puentes peatonales). No sólo son fórmulas matemáticas, la forma, el color, las texturas, también hacen parte de la solución.

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Tuve la gran oportunidad en mi vida laboral de enseñar arte y diseño gráfico a niños y adolescentes y de manera más informal dictar talleres de expresión artística para adultos. Por esta experiencia puedo ver y percibir cómo a través de los años y por razones diferentes vamos “perdiendo” ese goce por la pintura o el dibujo que teníamos cuando niños. Los sistemas educativos han influido al no darle la verdadera importancia a las artes en nuestra formación. Nos llenamos de inseguridades a medida que crecemos, y poco a poco vamos desechando las artes en nuestras vidas.

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Actividad de Land Art para adultos en el Jardín Botánico de Bogotá. Fotos John Brian Cubaque

Soy de las personas que cree –y por experiencia propia lo sé– que nunca es tarde para aprender y el arte en todas sus expresiones como dibujo, pintura, danza, ballet, música, actuación entre otros, además de hacernos más sensibles a lo que nos rodea,  y sacar la mejor “expresión” de nosotros, también es terapéutico, es decir mejora nuestra funcionalidad física y mental.

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Arte y salud

En esta etapa de nuestras vidas (los que ya pasamos del quinto piso), el arte nos da la posibilidad de tener una vida saludable y divertida. Es la oportunidad que podemos aprovechar para aprender aquello que no pudimos hacer en otros momentos por  miles de razones que ya no es del caso recordar. Mi padre a sus 80 y tantos retomó sus clases de piano y con 93 sigue estudiando y esforzándose por aprender. Yo a mis 50 más o menos, empecé clases de danza flamenca y sigo con mucho entusiasmo, empeñada en mejorar y se ha vuelto la justificación para ejercitarme y mantener bien mi estado físico y mi salud mental, simplemente haciendo lo que me gusta. La satisfacción personal es muy grande cuando los logros son tan gratificantes al descubrir de lo que somos capaces de hacer, enfrentándonos a nuevos retos, superarlos y sobre todo disfrutando de los mismos.

 

*Diseñadora gráfica, artista y Docente de Arte