Conocida como la «reina del suspenso» o también «la señora del crimen», la escritora británica Agatha Mary Clarissa Christie o simplemente Agatha Christie (1890, Torquay, Devon – 1976, Wallingford, Oxfordshire, RU), fue una popular y prolífica escritora de novelas policíacas y de suspenso, con sus 66 novelas detectivescas y catorce colecciones de relatos. Es también una de las más vendidas de la historia, gracias a su lenguaje sencillo pero preciso y las elaboradas pero lógicas resoluciones de los casos. Autora además de obras de teatro que han trascendido en la escena británica. Su personaje, el Inspector Hercules Poirot, quien aparece en la mayoría de sus relatos policiales, es tan reconocido como Sherlock Holmes (Arthur Conan Doyle). Otro recordado personaje suyo es Miss. Marple, una venerable anciana inglesa que vive en St. Mary Mead (ficticio) y es aficionada a resolver algunos crímenes que han desconcertado a la policía, gracias a su aguda atención a los pequeños detalles. Miss Marple es la primera mujer detective en la historia del género.

La reseña que publicamos hoy, realizada por María Teresa Herrán, corresponde a su «Autobiografía«, publicada en 1977. María Teresa desmenuza este mamotreto de 564 pgs. y rescata frases claves que ayudan a entender la personalidad y vida de la popular autora.

Quinto Piso

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Agatha Christie: ¿ha leído usted su autobiografía?

“Autobiografía”

Agatha Christie
Editorial Molino, 564 páginas.
1977. Agatha Christie Limited
Traducción de DIORKI
ISBN 8427218012X

Agatha Christie es, sin duda, una de las mujeres más conocidas del mundo. Sus novelas policíacas se siguen leyendo y ahora apreciando en series virtuales por todo el mundo. Su obra de teatro “The Mousetrap” (La Ratonera), en un pequeño teatro londinense es un “must” como dirían los ingleses, desde hace más de 70 años.

Su autobiografía, en castellano, descubierta en un rincón de mi biblioteca (no hace falta decir el cómo, el dónde y el cuándo) se ha convertido en libro de cabecera y uno de los más agradables por su ironía, su estilo fresco y su sencillez al decir las cosas. La traducción de DIORKI (¿Quién diablos será?) es excelente.

Agatha murió, al parecer de alzhéimer, a los 91 años. Terminó su autobiografía a los 75 años en Wallingford con esta frase que muestra su carácter positivo:

“¡Gracias Señor, por la hermosa vida que me has dado y por todo el amor que he recibido!”

Aquí una serie de frases que me impactaron en la lectura, que muestran su profunda capacidad de observar y me hacen recordarla con admirativo afecto. (Entre paréntesis el número de la página de la bella edición que leí; y comentarios de MTH).

Foto: Maria Teresa Herrán

PARTE I

“Una de las mejores cosas que le pueden tocar a uno en la vida es una infancia feliz” (15)

“Con frecuencia tengo la impresión de que ahora se quiere que triunfen los hijos para gloria propia” (47)

“A mi padre, por el solo hecho de ser americano, se le consideraba rico” (48)

“Siempre me ha costado expresarme. Probablemente esta es una de las causas que me han convertido en una escritora” (49)

“A lo largo de mi vida, he procurado no besar a los niños sin más ni más. ¡Pobrecillos! ¿Qué defensa tienen?”

“Los cuentos de hadas tuvieron una gran importancia en mi vida” (58)

“Es una reacción curiosa, pero sólo cuando uno ve en ridículo a las personas, se da cuenta de lo mucho que las quiere” (66)

“Sentir admiración por un hombre toda la vida sería excesivamente tedioso; provocaría torticulis mental” (66)

“El descubrimiento del ‘yo’ es el primer paso hacia el desarrollo de una vida personal” (67)

PARTE II

“Hasta que uno no se pone a considerar su propio pasado, no se da cuenta de la visión tan extraordinaria del mundo que tiene el niño.” (69)

 “Marguerite (una compañerita de los primeros años) y yo tuvimos una seria discusión sobre cómo vienen los niños. Yo le aseguraba que los traen los ángeles, como me había contado Nursie (la niñera). En cambio, ella sostenía que eran parte de la profesión de doctor y que los traían en un maletín” (80)

“Me gustaría volver (dijo de la casa de su infancia). Pero luego me di cuenta de que no podía. No se puede volver al lugar que existe en la memoria.” (83)

“Me parece que los franceses no son capaces de hacerse obedecer» (Agatha Christie hablaba perfecto francés y vivió con sus padres varios años en Pau) (95)

Agatha Christie joven. Foto: El Correo

PARTE III

“Ambas habíamos tenido que aguantar los elogios de nuestras respectivas familias acerca de la otra. A ella, que era muy alegre, bulliciosa y revoltosa, le habían repetido lo bien que se portaba siempre Agatha. Mientras que a mí me habían comentado de Nan “nunca se mostraba tímida, siempre respondía a lo que se le preguntaba, no se ponía colorada, ni hablaba entre dientes, ni permanecía callada” (120) ¿No le tocó eso alguna vez en el colegio o el kinder?)

“El modelo social era curioso y algo cursi, aunque se despreciara cierto tipo de cursilería” (124)

“Empecé a apreciar el tiempo. No hay nada más precioso en la vida” (132) (era una infatigable escritora)

“Todavía hablo conmigo misma, cuando planeo un capítulo que no acaba de salir” (140)

“Lo primero que leímos de Dickens fue Nicolas Nickleby; mi personaje preferido era el viejo caballero que cortejaba a la señora Nickleby tirando calabazas por encima del muro. ¿Será esta una de las razones por las cuáles, al jubilar a Hércules Poirot, lo puse a cultivar calabazas? ¿Quién Sabe?” (149)

“Está claro que escogí la profesión justa. Lo mejor de ser autora es que se trabaja en privado y al ritmo que se quiere” (156)

“Me parece que la enseñanza es satisfactoria sólo si suscita una respuesta. De nada vale la mera información, pues no aporta nada distinto de lo que ya se tiene” (160) (¿será eso lo que sucede ahora con lo instantáneo?)

“Si no se puede ser lo que más se desea (en su caso, pianista) es mejor reconocerlo y seguir adelante, en vez de hundirse en lamentaciones vanas e ilusiones.” (sin embargo, siguió tocando piano toda su vida) (164)

PARTE IV

(Juego popular victoriano)

En aquella época tenía 17 años.

“Las relaciones románticas, coloreadas ciertamente por el sexo y la posibilidad de él, nos satisfacían plenamente” (169)

“Lanzaba miradas lánguidas a unos coroneles bronceados de mediana edad, pero la mayoría estaban liados con mujeres atractivas casadas con otros, y no les llamaban la atención las jovencitas insípidas” (173)

“Los amigos se dividen en dos categorías. Unos surgen del propio entorno, y sólo tenemos en común con ellos las actividades compartidas. Son como la anticuada danza de las cintas: entran y salen de nuestra vida como nosotros de la suya.” (188)

“Estoy convencida de que no hay nada peor que empeñarse en conseguir algo sabiendo que es imposible” (196) (cuando una profesional del canto le dice que no tiene la potencia requerida para cantar ópera) 

“No sospeché – al menos no lo recuerdo-, la inminencia de la guerra » (1914-18) (que golpeó muy fuertemente al Reino Unido).

PARTE V

Al prestar servicio como enfermera durante la guerra, Agatha Christie se enfrentó a otra realidad prestando servicio voluntario como enfermera: 

“La mayoría de las damas de Torquay (la ciudad donde vivía con sus padres) no habían visto un piojo en su vida – yo tampoco los había visto nunca.” (226)

Sobre la rutina que adquieren médicos y enfermeras que prestan el servicio:

“Se saben cuáles son los cirujanos que hay que respetar más y cuáles son los médicos a los que secretamente desprecian las hermanas” (235)

“…la costumbre victoriana de hacerse la interesante fingiendo las más variadas enfermedades” (244)

“Un hombre extraño… lo tuve presente durante tanto tiempo, que aún estaba ahí, esperando, cuando concebí por primera vez la idea de escribir el misterio de Pale Horse, cincuenta años después” (232)

“Alguien a quien ves en un tren o en un tranvía es un buen punto de partida, porque a partir de ahí, puedes crear un personaje a la medida de tus deseos (253)

Y explica su proceso creativo:

Más adelante, cuando crea el personaje de Miss Marple:

“A Hércules Poirot, el egoísta total, no le agradaría que una vieja solterona le dijera lo que tenía que hacer” (450) (cuando algunos le sugieren que los ponga juntos en un libro). Niega que Miss Marple se parezca a su abuela salvo en que “siempre espera lo peor de todo, y que, además, con una tristeza aterradora, se demostraba que tenía razón” (452)

 Comenta sobre las nuevas novelas policiacas:

“Nadie se habría imaginado entonces que llegaría un tiempo en que las novelas de crímenes se leerían por el placer de la violencia” (454)

PARTE VI

Ya casada con Archie, toman la decisión de irse de paseo a Australia y Honolulú dejando su hija al cuidado de su hermana y tía.

“Siempre me ha resultado extraño que nunca te describan los países de forma que puedas reconocerlos cuando llegas a ellos… Mi idea de Australia incluía canguros en grandes cantidades y enormes zonas de desiertos desolados.” (295)

“La vida es realmente como un barco, esto es, como el interior de un barco” (311)

Su primer marido Archie (Archibald Christie, de 1914 a 1928) le comentó que quería a otra chica (con la cual se casó) luego del divorcio: “poco a poco, sin darme mucha cuenta, me iba convirtiendo en esa figura, tan conocida y frecuente, la viuda del golf.” (325)

“Resulta curioso cómo el escuchar tu propia voz te cohíbe e incapacita para expresarte como es debido” (347)

“Lo más importante, cuando has sufrido, es olvidar los tiempos felices” (362)

PARTE VII

Describe la historia de su hermano Monty, el nacimiento de su hija Rosalind con la cual fue muy unida a pesar de sus constantes viajes. “No hay nada más emocionante en este mundo, creo, que tener un hijo que es tuyo y que, a la vez, es un extraño” (336). También quiso mucho a su único nieto Mathew.

 “Es inútil creerse que uno es un genio de nacimiento. Algunos lo son, pero muy pocos.” (341)

PARTE VIII

Después de su divorcio, conoció al antropólogo Max Mallowan, con quien estuvo hasta la muerte de éste, viajando y quedándose durante largos periodos en sitios arqueológicos. Mientras el excavaba, ella escribía. 

“Pronto aprendí que en Oriente nada es lo que parece.” (385)

Más de treinta años después “utilicé su idea con gratitud (la del sacerdote Burrows sobre una trama) porque “como les pasa a todos los escritores, se convirtió en mi idea y terminó relacionándose muy poco con la suya, aunque fuera su inspiración la que la originara.” (388)

“Me resulta fácil aceptar las cosas como vienen sin ponerme nerviosa; además, poseo la muy útil habilidad de dormirme en cualquier momento y en cualquier sitio.” (410) (Y así lo hizo en sus viajes a Oriente, no pocas veces en condiciones difíciles).

 Paseó por Alepo, Delfos y estuvo varias veces en el Medio Oriente con Max “Es muy callado y parco en palabras de conmiseración, pero hace las cosas y precisamente las que uno querría que se hicieran, las que más consuelan.” (419)

Se describe a sí misma:

Cuando era niña, leyó una placa colgada en la pared, que la ayudó siempre en su esfuerzo vital: “Si no puedes conducir una locomotora, dedícate a engrasar los ejes” (423)

“Si se quiere vivir en profundidad, hay que vivir con valor.” – recalca (425)

PARTE IX

“Es muy bueno fingir que se es temperamental, aunque no se sea. Creo que es muy útil. La gente dice “no hagamos nada que le moleste, ya sabeís el carácter que tiene” (447) (le comenta el actor Charles Laughton)

Sencilla, sin duda lo es: “cuando no hay humildad, las personas se degradan” (455)

Viaja a las excavaciones con su segundo marido, Max, arqueólogo, con el que duró casi 35 años. Vivió varios años en Irak especialmente en Nimrud y allí escribió varios libros: Asesinato en Mesopotamia, Muerte en el Nilo, y otro no policiaco “Ven y dime como vives”, entre otros, con el seudónimo de Mary Westmacott.

PARTE X 

Al tocarle la segunda guerra mundial, también prestó servicio como voluntaria dos días a la semana y un sábado cada 15 días. Y comenta: “El tiempo fue pasando, no tanto como una pesadilla, sino como una situación siempre igual, como algo que siempre había sido así. De hecho, nos resultaba casi natural esperar la propia muerte o la de las personas queridas o enterarse de la de un amigo. Las ventanas rotas, las granadas, las minas y por supuesto las bombas y los obuses se recibían como algo normal.” (511)

“Hay cosas que se quieren olvidar, que hay que aceptar porque han ocurrido, pero en las que nadie quiere volver a pensar.” (525). (Una de ellas, la muerte en combate de su yerno y el dolor de su hija al enterarse de la noticia. Sin embargo, escribió un libro -que había gestado durante varios años- en tres días “Lejos de tí esta primavera”, título que proviene de un soneto de Shakespeare) (523)

Una de sus últimas fotografías. Foto El Correo

PARTE XI

Para ella, las casas tuvieron un sentido especial. Las compraba, las vivía y luego las arrendaba.

En 1965, su obra de teatro “La Ratonera” (The Mousetrap) cumplió 13 años, y hoy, se sigue presentando en Londres desde hace 72 años. Cedió sus derechos de autor de “La Ratonera” a su nieto Matew y los de un libro a los sobrinos de Max.

Asistía a los estrenos, “por esa insaciable curiosidad de “bebé elefante…” “…pidiéndole al cielo que nadie descubra mi escondite en la última fila del teatro.” (539) 

Consideraba horrible su timidez, y que “la tarea de un escritor no es más que escribir: Los escritores son seres tímidos: necesitan estimulo” (544)

Vivió algunos años en Nimrud (https://es.wikipedia.org/wiki/Nimrud) y en Bagdad

En Nimrud empezó a escribir su autobiografía a los 75 años y agrega “estoy preparada para aceptar la muerte… con las personas que constituyen mi mundo”: su marido, su hija, su nieto, su yerno. Y concluye su autobiografía con el espíritu positivo que siempre la acompañó:

“¡Gracias Señor, por la hermosa vida que me has dado y por todo el amor que he recibido!”

Y yo también, me siento regalada por haber leído su autobiografía… 

Y usted también si la lee, pues se consigue en las librerías colombianas.

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Maria Teresa Herrán es una reconocida periodista, con maestría en Ciencias Políticas de la Universidad de Paris II; fue presidenta del Círculo de Periodistas de Bogotá y dirigió la Maestría de Periodismo de la Universidad Javeriana, así como el Programa de Comunicaciones de la Universidad Central. Dirigió la revista Alternativa en su segunda época y fue la primera mujer en dirigir un noticiero de televisión. Ha sido investigadora y publicado numerosos libros pero hoy en día, prefiere autodenominarse comentarista, abuela cibernauta, poeta y artista plástica. Publicó un libro de poemas y escribe un blog que se llama «Opinar es debatir sin pelear» https://mariatherran46.blogspot.com/ en donde comenta sobre temas de actualidad.

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