Por: Alfonso Nieto G.*

“Siempre hay flores para el que desea verlas”

Henri Matisse

Flores extranjeras para un paisaje exuberante y tropical

Antes de continuar**, es importante comentar los valiosos trabajos investigativos del sabio vallecaucano Víctor Manuel Patiño Rodríguez1 quien en sus profundas exploraciones recaba con información abundante y admirable documentación, la introducción de especies vegetales y animales en la América Equinoccial, donde escribe sobre algunas ornamentales como los lirios blancos –azucenas- y de diversos colores, que junto con las rosas viajaron desde España en varias docenas de tinas en el año de 1520 a América, con destino a la isla La Española y reporta que hacia la segunda mitad del siglo XVI, se cultivaban estas plantas en Méjico, Perú, Ecuador y Colombia y que fueron estas plantas exóticas introducidas de las primeras cultivadas por los indígenas. Igualmente dice que los claveles y clavellinas llegaron al nuevo mundo en el siglo XVI, floreciendo en los Andes todo el año; nombra la existencia del cultivo de estas plantas para el Nvo. Reino de Granada desde principios del siglo XVII. También para la misma época, describe que hay alhelíes de diversos colores en Chiapas, Quito, Tunja y en la ciudad de Santa Marta. Anota además, la presencia de amapolas, peonías, violetas y azahares de la India para los siglos XVII y XVIII a la vez que comenta que a finales del siglo XIX las hortensias estaban presentes en la cordillera entre Cali y Buenaventura. (Víctor M. Patiño).

Otro aporte importante sobre los cultivos de ornamentales y su comercio por parte de los indígenas en Colombia, lo hace el padre dominico R.P. Mro. Fray Alonso Zamora2 quien escribe en su obra publicada en 1701:

“Ensobervecido con grandes, y crecidos caudales el rio de Bogotá, desciende por aquellas serranias lleno de pescado, que llaman Cabezon. A sus orillas está el y Pueblo de Cubzio, en que los Indios tienen muchos, dilatados jardines de azuzenas, que es su ordinaria grangeria, trayendolas á vender á esta Ciudad, y á los Pueblos circunvezinos, para adorno, y hermosura de los Altares…
…La Rosa Reyna de las flores se dá con tanta abundancia, que hasta los Indios tienen sus campos llenos de Rosales, y traen a las Ciudades á vender en muy corto precio…
De Azuzenas ay tantas, que fuera de estar todo el año llenos de su fragrancia, y hermosura los Altares, se venden á cargas por las calles
Es vistosa, y alegre variedad la de la multitud de claveles, que exhalando fragrancias, están todo el año hermoseando los jardines. En algunas mazetas se hacen ramos ingertos, y en cada vno quatro claveles con diferente matiz en los colores. Vsanlos en la composición de los cordiales, y causan admirables efectos. Acompañan á estas flores en las huertas, y jardines Lirios morados, Amapolas, Adormideras
Violetas se hallan en los campos, y transplantadas en las huertas se dán mas grandes, y con la misma eficacia, que la que traen de Europa3. Se forman de ellas los lamedores y otras bebidas.”

Azucenas en jardín. Ilustr. JBCubaque-Quintopiso

Esta información da una idea clara del comercio florista y su variedad durante la colonia donde se involucran conocimientos y saberes desarrollados a partir de comunidades indígenas quienes prácticamente se transforman como abastecedores de flores para los mercados, tal y como se describió en la 1ª parte de esta exploración y que prácticamente desde la segunda mitad del siglo XVI se mantiene como actividad comercial creciente de acuerdo al aumento poblacional y a las necesidades de la sociedad.

“Ningun clima en el mundo se presta quizás tanto como el de Bogotá para el cultivo de las flores; i esta ocupacion tan inocente, tan agradable i tan amena, puede proporcionar las emociones mas dulces, si se hace con un poco de cuidado i de observacion.”

Señor P. en El Agricultor
Martin Johnson Heade4. Orchids and hummingbirds entre 1875-1883. Museum of Fine Arts, Boston

Una temprana observación del clima, y el ambiente ideal para la floricultura en Colombia.

Retornando al siglo XIX, es interesante anotar que en el periódico El Agricultor5 en su primera época, en el volumen 1 No. 5, de agosto de 1868, un anónimo que firma como P., escribe sobre la importancia de la hibridación6 en flores y del clima adecuado de la Sabana de Bogotá para su cultivo, anunciando de manera intuitiva ventajas comparativas -se transcribe con la ortografía de la época y asumida en el periódico-:

“Ningun clima en el mundo se presta quizás tanto como el de Bogotá para el cultivo de las flores; i esta ocupacion tan inocente, tan agradable i tan amena, puede proporcionar las emociones mas dulces, si se hace con un poco de cuidado i de observacion. Por lo jeneral, en Bogotá, para tener un jardin no se hace mas que colocar de canto algunos ladrillos i formar varias figuras al capricho del albañil: se echa. encima del piso natural, sin removerlo, un poco de tierra de cualquiera parte; lo cual se cree suficiente para sembrar inmediatamente semillas, piés o plantas ya arraigadas. I es tanta la bondad del clima, que a pesar de todo, pocos meses despues están las semillas o los piés sembrados, convertidos en bellas plantas cubiertas de flores. ¿Qué será cuando se haga con un poco de cuidado? ¿Cuando se dé a las platabandas la profundidad necesaria, se saque la tierra mala i se las lIene de tierra preparada debidamente, cuando se siembren las plantas con órden, se dé a cada una el espacio necesario para su desarrollo, se rieguen con regularidad i se tenga cuidado de protejerlas en su crecimiento? Se dirá que para esto se necesitaria no hacer otro oficio; a lo cual observaré que no es el tiempo empleado lo que hace embellecer un jardin, sino el modo de emplearlo.”

Después de dar algunos consejos agronómicos, continúa:

“Hai infinidad de bellísimas plantas en Bogotá que vejetan con un lujo estraordinario, sin necesidad de ningun cuidado, i que sinembargo necesitan en Europa costosos aparatos para conseguirlas i conservarla ménos robustas i bellas. Apesar de tantos obstáculos se obtienen en Europa cada año nuevas variedades, mas o ménos notables; i nosotros apesar de no tener casi contrariedad alguna, no conseguimos sino las que nos traen de vez en cuando algunos viajeros curiosos i amantes de lo bello. Tales son los claveles, jeranios, petunias i rosas té, que en ninguna parte del mundo son tan bellas como aquí. Pero si no fuera por lo que nos viene del estranjero serian mui pocas las variedades que tendriamos; i es facil calcular que lo que venden los negociantes en semillas no es lo mejor que poseen en sus jardines.”

Portada de el periódico mensual EL AGRICULTOR. Año I, número 5. Agosto 21 de 1868. Tomada de la Hemeroteca Digital Histórica del Banco de la República Luis Ángel Arango

Y al referirse a la hibridación incita a los lectores a ver la importancia de crear variedades propias, escribiendo…

“¿Cómo obtienen esas variedades nuevas? ¿No podriamos nosotros lograrlas igualmente? - Claro es que sí; i mejores que las europeas probablemente, puesto que nuestras plantas son naturalmente robustas i fértiles sin necesidad de artificio como allá. ¿Pero cómo se consiguen? Eso es lo que vamos a tratar de esplicar en el presente ensayo.

Toda flor bien organizada i desarrollada en el clima que requiere, produce su fruto o semilla. En Bogotá la producen con la mayor robustez infinidad de flores como los claveles de todas clases, las petunias, jeranios, verbenas, amapolas, &,ª aunque son estériles las rosas i muchas otras plantas que requieren unos grados mas de calor para fructificar.”

Después de anotar algunas debilidades de las “cruzas” entra en materia hablando de la hibridación o fecundación artificial como mejoradora de la calidad y producción vegetal en todos sus aspectos y rescata algunos hallazgos importantes en los cruces logrados en frutales especialmente con curubas por un Sr. Miguel Maldonado en la zona de Chocontá y regresa retomando el tema florícola:

“Por medio de la hibridacion se han obtenido en Europa de dos rosas sencillas silvestres la infinidad de variedades que hoi existe, lo mismo que con las fuchsias, camelias, azaleas, &,ª cuyo tipo primitivo apénas se puede distinguir; tanto así han variado en forma, tamaño i color. Si hacemos, pues, con nuestros jeranios, petunias, pensamientos, fuchsias, &,ª que hoi tenemos en abundancia i que fructifican tan bien en nuestro clima, lo que hizo el señor Maldonado con sus curubas, indudablemente obtendriamos resultados estraordinarios. En los Jardines de la Paz, recientemente establecidos en Bogotá, se han hecho muchos ensayos de hibridacion, i las variedades de flores que se han obtenido son tan notables que hacen ya inútil el pedido de semillas a Europa para obtener novedades.”

Luego anota unas observaciones que sorprenden por los hallazgos descritos y que vienen a confirmar lo planteado por el fraile austriaco Gregor Mendel7 a partir de sus investigaciones difundidas en su ensayo «Experimentos sobre hibridación de las plantas» dado a conocer en 1865 (publicado en 1866) y que fueron rechazadas y poco publicitadas en su momento por las academias de ciencia europeas, nuestro anónimo escribe:

“Ademas, se ha observado un fenómeno que no tiene lugar en Europa, segun afirman las mejores obras de floricultura, debido probablemente a nuestro clima escepcional para ciertas plantas: se han cojido varias cápsulas de semillas híbridas, de clavel i de petunia; cada cápsula ha formado un semillero separado que se ha marcado con el mayor cuidado a cada nuevo reempote; cada semillero deberia dar, siendo de la misma cápsula, flores idénticas, tanto entre los claveles como en las petunias; pero no ha sucedido así: una cápsula de petunias produjo 36 plantas i todas dieron flores mas o ménos notables pero diferentes en todo unas de otras, resultando todos los matices del rosado claro al púrpura subido, i otras perfectamente blancas; otra cápsula de claveles dió 38 plantas todas tan distintas que se encontraban flores amarillas, moradas, blancas i disciplinadas, i algunas mui superiores a todo lo que teniamos de semillas europeas.”

¡Particularmente interesante! El señor P. en el año de 1868, tempranamente, en el trópico y en Colombia, anotaba intuitivamente y sin explicación, la confirmación de lo que posteriormente, a partir de 1900, se conocerían como las Leyes de Mendel.

Gregor Mendel, es considerado el padre de la genética. Ilustración JBCubaque-Quintopiso
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El señor P., luego describe de manera técnica y con lujo de detalles la forma de hacer la polinización artificial y finalmente dice:

“No he tratado en este ensayo de instruir al lector, pues lo que he esplicado apénas da una idea; he querido apénas hacer conocer a los aficionados este curioso fenómeno, para llamar la atencion por medio de él hácia las innumerabIes variedades de flores i el modo de obtenerlas, i así estimular poco a poco el gusto i la afición. En Europa aparecen cada año nuevas variedades de flores, frutas, legumbres de todas cIases, obtenidas por este medio, i se ven frecuentemente variedades estraordinarias. Sin esta práctica no se verian tan bellas rosas i camelias, ni las innumerables clases de manzanas, peras, fresas, uvas, &,ª que allá poseen. En este pais no tenemos esas delicadas frutas, es verdad, pero tenemos un terreno mas nuevo i no esplotado aún; tenemos piñas, mangos, chirimoyas, plátanos i mil otras frutas deliciosas. ¿Porqué no ensayar un cruzamiento entre la chirimoya i la guanábana; entre las diversas clases de plátanos, de lima, &,ª para obtener frutas de diversa forma, tamaño i calidad? Nada es mas sencillo, i sinembargo hasta hoi no tengo noticia de que se haya hecho un solo ensayo en el pais.”

Como se ve en este escrito del anónimo Señor P., él prácticamente se adelantaría un siglo a la confirmación del benéfico y apto clima de la Sabana de Bogotá para el crecimiento de los cultivos florícolas, tocando a la vez un tema en el cual se ha podido avanzar muy poco en Colombia y es el de la obtención de nuevas variedades de flores de corte y de ornamentales, campo cada vez más difícil y restringido a causa de los derechos de propiedad intelectual.

“Por medio de la hibridacion se han obtenido en Europa de dos rosas sencillas silvestres la infinidad de variedades que hoi existe, lo mismo que con las fuchsias, camelias, azaleas, &,ª cuyo tipo primitivo apénas se puede distinguir; tanto así han variado en forma, tamaño i color. Si hacemos, pues, con nuestros jeranios, petunias, pensamientos, fuchsias, &,ª que hoi tenemos en abundancia i que fructifican tan bien en nuestro clima, lo que hizo el señor Maldonado con sus curubas, indudablemente obtendriamos resultados estraordinarios.

Señor P. en El Agricultor

En las notas anteriores se nombra a los Jardines de la Paz al parecer viveros experimentales… ¿?, hasta el momento no he podido hallar información que dé más claridad al respecto, pero lo cierto es que para entonces existía un importante interés en la investigación botánica. Después de la segunda mitad del siglo XIX en Bogotá, se inician programas de reforestación y creación de parques, plazas y jardines en diferentes lugares de la capital para ofrecer a sus habitantes sitios adecuados a la recreación y de contacto con la naturaleza, igualmente la arquitectura da un giro de “contemporanización” y de modernización, aparte de buscarse una identidad propia con carácter nacional dejando a un lado lo que representaba la colonia española. En las plazas se erigieron monumentos y esculturas referentes a las guerras independentistas reconociéndose a próceres y patriotas y se presentan grandes influencias culturales inglesas, francesas y neoyorkinas –estadounidenses- favorecidas a su vez por el desarrollo comercial de Colombia con estos países.

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Para la época era común que las familias de mayor poder económico hicieran sus retiros vacacionales y de descanso en las afueras de la ciudad, en las quintas de Chapinero o en las haciendas sabaneras, así la creación de estos parques, plazas y jardines ofrecería a los habitantes bogotanos de menos recursos la posibilidad de estar en contacto con la naturaleza dentro de la ciudad y de disfrutar de actividades al aire libre como el de las retretas musicales, desfiles y marchas, este ordenamiento de espacios ricos en vegetación permitiría el surgimiento de viveros e invernaderos que disponían de árboles, arbustos y plantas ornamentales, además de ofrecer diversidad de flores de corte para arreglos florales que cumplían con su misión de despertar y expresar los más nobles sentimientos. Dentro de los viveristas se encontraban algunos que exportaban plantas por encargo a Europa, especialmente a Inglaterra, a la par que surgían especialistas en arreglos florales.

Ceremonia de inauguración del Parque del Centenario, 24 de julio de 1883. Grabado: Ricardo Moros Urbina. Tomado del libro Parque del Centenario de Hugo Alberto Delgadillo pp.142

Una Lady en Bogotá rodeada de exóticas flores

La inglesa Rosa Carnegie Williams8 quien vivió cerca de un año en Bogotá, cuenta que un día después de su llegada a Bogotá, el 24 de septiembre de 1881, visitó algunos jardines e invernaderos donde recibió un ramo de flores de variados colores y formas que fue muy apreciado. Rosa Carnegie W. estaba hospedada en la casa de Mrs. Bowden quien vivía a pocas cuadras de la “Plaza Mayor” o Plaza de Bolívar. También narra que tuvo la oportunidad de conocer una pequeña quinta donde los famosos comercializadores de orquídeas y plantas exóticas de Clapham -Inglaterra- Messrs. Shuttleworth, Carder and Co., usaban para cultivar9 orquídeas y otras plantas y describe como las adecuaban para poderlas enviar a Inglaterra:

“De unos pequeños palos blancos cubiertos con musgo se atan las orquídeas, de modo que aquellos parecen cotufas que brotan del musgo blanco. Estos palos se clavan después en cajas de madera y se llevan, a lomo de mula y pasando las montañas, hasta Honda.”

Ilustración de George Cruikshank10. El “Cuidado con los perecederos”11. Colección British Museum

Rosa Carnegie W. escribe y anota en varias oportunidades en su diario la importancia del uso de las flores en Bogotá, por ejemplo, a su llegada recibió de bienvenida una canasta con rosas, violetas y otras flores, en las comidas era común que cada invitado recibiera un pequeño “bouquete” de flores exóticas o ya conocidas, a manera de regalo por parte del anfitrión e igualmente se acostumbraba a obsequiar bouquets en las celebraciones como los cumpleaños. También escribe sobre la costumbre en los paseos largos o cortos, donde era normal recoger diversos tipos de flores desde orquídeas hasta pensamientos y helechos para adecuar los jarrones de la casa, además de anotar a lo largo de su diario la venta de flores tanto en las calles como en las plazas de mercado en Bogotá y en las poblaciones cercanas de Soacha y Zipaquirá. El día que abandonó la ciudad para retornar a Inglaterra le dieron un hermoso ramo de flores de despedida compuesto de “rosas, dalias, raspillas, heliotropos y verbenas”.

La recolectora de helechos, 1877. Charles Sillem Lidderdale12.

Una ciudad con crecimiento desbordado

El rápido crecimiento de la capital13 llevó al inicio de su modernización, el telégrafo se establece en 1861, el servicio de tranvía -de tracción animal- comienza operaciones en diciembre de 188414, la implementación y acometidas del alcantarillado y acueducto se inician en 1884 y 1887 respectivamente, el servicio de teléfono se inaugura en 1881 y el de la energía eléctrica en 1889 y en este mismo año también el Ferrocarril de la Sabana, que unía a Bogotá con Facatativá. Algo importante y que tuvo que ver con la expansión de la ciudad al norte, hacia la zona de San Diego, es la inauguración de la sede con el mismo nombre de la cervecería Bavaria en cabeza de Leo Siegfried Koppel, el 28 de mayo de 1891 y que vendría a impactar social y urbanísticamente esta área de la capital.

El tranvía de mulas o tracción animal en la plaza de Bolívar, posiblemente hacia finales de 1884

A partir de la cuarta década del siglo XIX se inicia la introducción del arbolado donde

“se destacaban los pinos candelabros, acacias finas, sauces, pimientos, alisos, nogales y cauchos, sumados a pequeños y aislados jardines dispuestos por rosales que fracturaron tenuemente la monotonía que exhibían las estrechas calles bogotanas.” (Hugo Alberto Delgadillo).

El diseño de los parques de la ciudad y sus jardines se ve soportado por diversos arquitectos, jardineros y paisajistas donde sobresalen el botánico y viverista alemán Wilhelm Kalbreyer –el pionero de la floristería en Colombia- y el considerado jardinero científico el Sr. Casiano Salcedo15.

Jardineros y viveristas, se transformaron en importantes suministradores y distribuidores de plantas de todo tipo, de flores de corte, de semillas hortícolas y de ornamentales, etc., además de implementos y herramientas para satisfacer las necesidades de una sociedad que día a día requería más y más ambientar sus espacios con el maravilloso mundo de sensaciones que despiertan las flores… (continuará).

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*Alfonso Nieto G. (1957) es Ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de Colombia, experto en floricultura. Investigador, escribe cuento, poesía y ensayo. Codirector de las revistas culturales Xué y Punto de Partida de la Universidad Nacional. Desde el año de 1978 se ha dedicado a estudiar la etnohistoria y la etnografía musical del Caribe y las culturas afroamericanas. Sus estudios han sido publicados en periódicos como El Tiempo, El Espectador, El Siglo, El Universal de Cartagena, El Heraldo de Barranquilla y en otras revistas culturales.

**Ver primera parte: Entre jardines, flores y talas. Aproximación a una historia de la floricultura en Colombia (1)

Notas

  1. Víctor Manuel Patiño R. 8 de diciembre 1912, Zarzal (Valle del Cauca)- 15 de enero 2001, Cali (Valle del Cauca). Agrónomo, botánico, ecologista y científico explorador con altísimos conocimientos de la flora y fauna de América. En 1969 la Universidad del Valle le otorga el Doctorado honoris causa en Ciencias. En 1993 recibe el Premio José Celestino Mutis –otorgado por el fondo FEN-. La Universidad Nacional de Colombia le concede la “Moción de felicitación por sus 50 años de labor científica”. Su obra escrita supera los 30 libros, además de varios ensayos investigativos. Por su conocimiento y capacidad de integrar múltiples visiones y disciplinas a Víctor Manuel Patiño se le puede considerar como un gran humanista y un sabio conocedor del entorno ambiental, social y político del país. Y como escribió Jorge Orlando Melo “a Patiño no le interesaban las <<matas de herbario, sino plantas vivas, en relación con los hombres… >>”
  2. R.P. Mro. Fray Alonso Zamora. 1635 Bogotá -1717 ¿?. Religioso cronista de la Orden de Predicadores del Nuevo Reino de Granada.
  3. Subrayado mío, Fray Alonso Z. nos hace notar la incidencia del clima tropical en este tipo de plantas.
  4. Martin Johnson Heade 11 de agosto 1819, Lumberville (Pensilvania)- 4 de septiembre de 1904, San Agustin (Florida). Pintor estadounidense paisajista de la Escuela del río Hudson, tuvo la oportunidad de viajar tres veces a Sur América: en 1863-64 estuvo en Brasil donde además de paisajes inicia la pintura de colibrís, en 1866 en Nicaragua y en 1870 visita Colombia, Panamá y Jamaica donde comienza a incorporar especialmente catleyas y flora tropical a sus lienzos acompañando a los colibrís, logrando un conjunto único y llamativo por su vivo realismo y de naturaleza pura. La pintura que nos ilustra, representa a la Catleya áurea.
  5. El AGRICULTOR, fue un periódico de edición mensual “consagrado esclusivamente a la agricultura”. Su primera época va del 21 de abril de 1868 al 5 de julio de 1869. Luego es editado nuevamente en el septiembre de 1873 hasta octubre de 1901 como “órgano de la sociedad colombiana de agricultores -SAC-”, en esta segunda época la edición se vio interrumpida en dos oportunidades de 1875-1879 y posteriormente de 1885 a 1889 por efecto de la guerra civil. La colección completa –de dominio público- se puede ver, consultar y disponer como documento PDF en la Hemeroteca Digital Histórica del Banco de la República.
  6. La hibridación artificial fue conseguida por el botánico, jardinero y viverista londinense Thomas Fairchild (1667-1729) lograda al cruzar plantas de clavel (Dianthus caryophyllus barbatus) en el año de 1717. En cuanto a la rosa, los llamados “híbridos perpetuos” o “rosas remontantes” surgen hacia la tercera década del siglo XIX en Inglaterra y algunos dan como fecha de su surgimiento el año de 1838 y obedece a cruces y retrocruzas entre rosales antiguos europeos y asiáticos. Posteriormente surgen los llamados “híbridos de té” en el año de 1867 con la variedad “La France” creada por el francés Jean Batiste André Guillot (1827-1893) horticultor e hibridador de rosas, creó estos híbridos al cruzar una “rosa de té” con una rosa “híbrida perpetua”, conformando así el mundo de las llamadas rosas modernas.
  7. Gregor Johann Mendel. 20 de julio 1822 Heinzendorf (Austria) – 6 de enero 1884 Brünn (Austria). Considerado el Padre de la Genética, sus estudios experimentales en arveja –Pisum sativum- haciendo cruces y retro-cruzas le permitió plantear hipótesis que lo llevarían a formular sus leyes, que son la base de la genética.
  8. Rosa Carnegie Williams llegó acompañando a su esposo, un empresario de una explotación minera inglesa. Estuvo en Bogotá desde septiembre 23 de 1881 a junio 15 de 1882. Lady Rosa, es una de las pocas mujeres viajeras que escriben sobre sus experiencias en Colombia en el siglo XIX, con una narración sencilla a manera de diario y contando las costumbres decimonónicas de la sociedad bogotana y colombiana con su percepción y sensibilidad femenina permitiendo que su libro nos dé una visión de detalles olvidados en la mayoría de crónicas de viajes narrada por hombres. La historiadora Beatriz Castro Carvajal comenta sobre algunos escritos realizados por viajeras extranjeras en el siglo XIX y que son pocos estudiados y por lo general desconocidos.
  9. Es posible que esta quinta, se usara más bien como un centro de acopio, adecuación y a manera de “postcosecha” de las plantas para ser empacadas y enviadas de la forma más segura al viejo continente.
  10. Esta es una xilografía impresa en 1844 por Ebenezer Landells, basada en la ilustración satírica que hizo George Cruikshank para el libro de James Bateman: The Orchidaceae of Mexico and Guatemala (Londres, editado por James Ridgeway & Sons. en 1837). En el grabado se observa como cuatro jardineros tratan de atrapar unas cucarachas “antropomórficas», mientras los niños y la dama que observan, están aterrados y a la defensiva… por lo visto la importación de plantas del trópico generaba además de belleza contemplativa muchas emociones y sorpresas !!!
  11. Subrayado y enunciado mío.
  12. Charles Sillem Lidderdalle. 28 de septiembre de 1830, San Petersburgo (Rusia)-7 de junio de 1895, Londres (Inglaterra). Pintor británico que se destacó por pintar mujeres jóvenes desempeñando diversos oficios o quehaceres.
  13. La población de Bogotá se quintuplicó en 100 años, pasó de tener una población de 22 mil habitantes en 1801 a cerca de 116 mil habitantes en 1912, con un crecimiento muy marcado entre 1870 y 1881 donde pasó de tener 40.883 habitantes a 84.723 para este último año. (Ver Lizeth M. Ladino, pp. 74).
  14. También Lizeth Milena Ladino nos habla que antes de la llegada del tranvía, de otra forma de transporte “masivo” en la ciudad y es el ómnibus: “En 1870 empezó a operar en Santafé el servicio de ómnibuses con la creación de varias compañías a cargo de empresarios particulares, los ómnibuses eran grandes carretas haladas por bueyes y operaban con recorridos a Facatativá y a Chapinero, luego en la década de 1880 operó un servicio de carruajes más pequeños y cómodos, estos carruajes solo operaban a Chapinero”. (Ver Lizeth M. Ladino, pp. 60).
  15. Hugo Alberto Delgadillo en su tesis enuncia además a otros jardineros y paisajistas: Eduardo Zerda, Gabriel Peña Lozano, Gratiniano Vanegas, Robert Thomson, Genaro Valderrama, Enrique Rossi Guerra quienes con el apoyo de la Junta de Aseo, Ornato y Salubridad tuvieron a su cargo el manejo y la administración de los jardines públicos de la ciudad en diferentes momentos (pp.37).

Consultas y referencias

-Anónimo. Sr. P. “Cultivo de las flores –Hibridación”. (1868). El Agricultor periódico mensual consagrado esclusivamente a la agricultura, Vol. I (5), pp.69-71. Imprenta Gaitán. Bogotá. Visitado agosto 1, 2021, en https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll26/id/4259/rec/2

-British Museum. (1978). George Cruikshank-James Ridgeway. Xilografía. Londres. Visitado octubre 15, 2021, en https://www.britishmuseum.org/collection/object/P_1978-U-3059_1

-Rosa Carnegie Williams. (2017). Un año en los Andes o Aventuras de una Lady en Bogotá. Ministerio de Cultura. Biblioteca Nacional de Colombia. Bogotá. -Hugo Alberto Delgadillo S. (2017). El Parque Centenario de Bogotá: Transformación Urbana, Itinerario y Significado [Tesis maestría]. Universidad Nacional de Colombia –Facultad de Artes-. Bogotá. Visitado septiembre 5, 2021, en https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/59701

-El Blog de la Tabla. (2018). “Orquídeas y colibríes con Martin Johnson Heade”. El Blog de la Tabla. Visitado octubre 18, 2021, en https://www.elblogdelatabla.com/2018/09/orquideas-colibries-martin-johnson-heade.html

-Lizeth Milena Ladino Rueda. (2019). Del campo a la ciudad. La transformación de un arrabal a una centralidad inconclusa en Bogotá –San Diego 1828-1910- [Tesis maestría]. Universidad Nacional de Colombia –Facultad de Artes-. Bogotá. Visitado septiembre 15, 2021, en https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/77377

Allen Morrison. (2007). The Tramways of Bogotá, Colombia. Versión traducida al español por Marcelo Madariaga. Visitado octubre 18, 2021, en http://www.tramz.com/co/bg/t/ts.html

-Víctor Manuel Patiño. (1974). Plantas Cultivadas y Animales Domésticos en América Equinoccial. Tomo VI (Suplemento Tomos III y IV). Plantas Ornamentales. Imprenta Departamental. Cali.

-Rafael Romero. (2017). “Paisajes latinoamericanos de artistas viajeros del siglo XIX en la Colección Patricia Phelps de Cisneros”. Open Edition Books. Visitado octubre 17, 2021, en https://books.openedition.org/cidehus/2917?lang=es

Alonso de Zamora. (1945). Historia de la Provincia de San Antonio del Nuevo Reino de Granada. Tomo I. Biblioteca Popular de Cultura Colombiana. 2ª. Edición. Bogotá.

Otras consultas:

-Salvador Camacho Roldán. (1923). Memorias. Editorial Bedout. Bogotá.

– Beatriz Castro Carvajal. (2014). “La escritura de las monjas viajeras en el siglo XIX”. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Universidad Nacional. Vol.41, No. 1, pp. 91-124. Visitado octubre 10, 2021 en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/44765

-Claudia Cendales Paredes. (2011). “Un Parque Extenso y amplio para dotar con él a nuestra querida capital: La exigencia de la creación de un parque y el panorama del arte paisajístico a finales del siglo XIX en Bogotá”. Paisagem Ambiente: Ensaios 29, pp. 25-38. Visitado octubre 5, 2021, en: https://www.revistas.usp.br/paam/article/view/77822

-Centro Virtual Isaacs. Portal Cultural del Pacífico Colombiano. Víctor Manuel Patiño. Visitado septiembre 30, 2021, en: http://cvisaacs.univalle.edu.co/victorpatino/#:~:text=V%C3%ADctor%20Manuel%20Pati%C3%B1o%20Rodr%C3%ADguez%20naci%C3%B3,y%20con%20grandes%20dificultades%20econ%C3%B3micas

-Germán Rodrigo Mejía Pavony. (2000). Los Años del Cambio: historia urbana de Bogotá, 1820-1910. Centro Editorial Javeriano –CEJA- 2ª. Edición. Bogotá.

Jorge Orlando Melo. (Sin fecha). “La ‘historia de la alimentación’ en Colombia de Víctor Manuel Patiño”. Documento Word. Visitado agosto 25, 2021, en: https://www.academia.edu/31049567/La_historia_de_la_alimentacion_en_Colombia_de_Victor_Manuel_Pati%C3%B1o

-Olga Restrepo Forero. (julio 1999). “Víctor Manuel Patiño: pionero de la historia científica.” Credencial Historia No. 115. Visitado agosto 13, 2021, en: https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-115/victor-manuel-patino-pionero-de-la-historia-cientifica

-Wikipedia varias entradas.

*El presente artículo se publicó inicialmente en la revista METROFLOR-Agro. Edición No. 106. Septiembre-Octubre 2021. Pp. 66-72. Bogotá D.C. Versión digital: https://www.metroflorcolombia.com/hacia-una-protohistoria-de-la-floricultura-en-colombia-2a-parte/

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