La afamada casa de moda Victoria’s Secret, especializada en lencería femenina, acaba de anunciar que en su famoso desfile de este año, van a modelar sus atrevidas prendas dos de sus modelos históricas: la checa Daniela Pestova (50 años) y la danesa Helena Christensen (52 años), quienes hicieron parte del quinteto de beldades que realizaron el primer desfile de la prestigiosa marca en 1997.
Tyra Banks, Stephanie Seymour y Karen Mulder fueron sus compañeras en la pasarela, que a partir de entonces se convirtió en el patrón de moda interior femenina, y sus modelos, conocidas como “Ángeles”, fueron el referente de belleza, muy a pesar de la polémica selección que incluía mujeres excesivamente delgadas y caucásicas, altas, rubias, piernas largas, bustos pequeños y ojos claros.
Llovieron siempre las críticas generadas por los movimientos femeninos que pedían año a año mayor inclusividad, y que censuraban el impacto que tenían esos referentes de belleza entre mujeres y hombres, pero particularmente, el efecto negativo que generó en jovencitas que querían emular esa discutida belleza, provocando una «pandemia» de anoréxicas y bulímicas.
(Recordemos además, que la vida profesional de las modelos llegaba hasta que cumplieran 30 años, edad en la cual se «jubilaban». Un caso parecido al de los futbolistas.)
Mientras una parte de mujeres y hombres seguía admirando esos modelos, otra se sublevaba a la idea de un cuerpo «perfecto» basado en las medidas de reinados, olvidando la realidad propia de cada mujer.
En 2014 Victoria’s Secret lanzó su campaña The perfect body, creando un gran revuelo por esa pretensión; hubo protestas, y la pequeña firma inglesa JD Williams promovió una contra-campaña denominada #Perfectlyimperfect utilizando modelos de tallas 10 a 16 que fue todo un éxito, opacando la primera.
La gente pedía representantes de las distintas etnias y formas; latinas o asiáticas, bajitas, con peso y formas naturales (gorditas o “curvy’s”). Además, parte de esa crítica estaba enfocada en un culto a la juventud, puesto que todas las mujeres, más allá de su edad, eran también usuarias de esas prendas. Aquellas críticas por fin tuvieron eco, porque fueron minando su imagen y lo que más les dolió, sus finanzas, precisamente por su autismo frente a las realidades sociales de hoy.
Finalmente, y de a poco, desde el 2015, han ido incluyendo otros tipos de belleza (recordemos a la brasileña Adriana Braga, la china Xiao Wen Ju, la canadiense con vitiligo, Winnie Harlow, o recientemente, la modelo «curvy» española Lorena Durán). Fueron estos grupos quienes generaron un movimiento, parecido al actual “#metoo”, que cuestionaba los ideales de belleza establecidos por la marca, que encarnaban esos “ángeles”, los que lograron su objetivo.
26 años 50 años
La noticia de que el famoso desfile tiene representantes que superan el quinto piso (mostrando el paso del tiempo en sus cuerpos, pero que aún conservan su sensualidad), y que comparten pasarela y compiten con las más jóvenes (con las ventajas de la confianza y desparpajo que da la experiencia), le dan a la muestra una nota diferente y más atractiva a los ojos de la sociedad actual. Ya otras empresas como Chanel, Dior y Adolfo Domínguez habían abierto el camino y puesto de moda la vejez al contratar a modelos entre 60 y 85 años para sus desfiles de ropa; pero esta vez se ha llegado aún más lejos. Triunfo de la diversidad.