La buena vida comienza con pequeños actos de amor propio que marcan la diferencia entre disfrutar y sobrevivir. A medida que envejecemos vamos teniendo cambios que nos hacen diferentes a como nos veíamos antes de los 50: pequeñas arrugas que cada vez van siendo más evidentes; algunas manchas en manos y piel y las consabidas canas, nos volvemos un poco más lentos, entre otras. Esto solo debe hacernos más conscientes de nuestra vulnerabilidad y finitud, pero mucho más, de nuestras fortalezas, aptitudes y gustos. La nueva longevidad nos permite ser más activos y saludables por más tiempo, es por esto que debemos ser más amables y responsables con nosotros mismos.

Hemos vivido, reído y llorado. Hemos caído y nos hemos vuelto a levantar. Hemos amado y nos han amado. Hemos engañado y fuimos engañados. Cada cana y cada arruga tienen su historia. El gran cambio que los años aportaron a nuestra vida, debe haber producido un cambio también en nuestra alma y nuestro sentido de la vida. Es importante ser conscientes de nuestro valor y sabiduría.

El padel, el tenis, la natación, el ciclismo, entre otros, son muy buenas actividades deportivas y recreativas apropiadas para veteranos. Foto: FEP
Testimonio de vida. #rompiendoestereotiposdedad.

Podemos empezar por ser más auténticos: Intentamos lucir mejor a los ojos de los otros, pero cada otro nos vé con ojos diferentes. Ahora somos lo que somos y no es urgente intentar parecer lo que ya no somos. Eso también es bueno para nuestra salud mental. 

Hay algo aún más vitalizador y es poder realizar lo que siempre quisimos hacer, probar lo que no hemos intentado: buscar realizaciones personales para demostrarnos a nosotros mismos que sí se puede: 

  • Estudiar un nuevo idioma, una nueva carrera, un nuevo oficio.
  • Desarrollar una idea que por ‘falta de tiempo’ no hayamos podido llevar a cabo y sigue siendo pertinente. 
  • Probar un nuevo emprendimiento: un ingreso adicional no nos cae mal, sobre todo disfrutándolo y sin tantas exigencias. 
  • Sacar el músico/cantante/bailarina que llevas dentro.

Y con tanto tiempo libre por delante, podemos usarlo en lo que más nos guste: 

  • El placer de leer, y si le apetece, escribir
  • Emprender esos viajes, cortos o largos, que siempre quisimos hacer. 
  • Convertirnos en colaboradores y/o patrocinadores de causas nobles. 
  • Pasar más tiempo con los amigos: ellos son un verdadero sostén anímico y solidario en esta etapa de nuestra vida. La sonrisa de los amigos y una celebración, son tan luminosos, que si estamos tristes y apagados, nos pueden convertir en luz.
Somos más activos y auténticos en la medida que nuestro concepto de la vejez sea positivo. Foto: Radio Activa

Lo que se ha considerado, generalmente, sobre la ‘buena vida’ se refiere casi siempre a cosas y actividades que haríamos si fuéramos más jóvenes: comer y beber sin medida, hacer deportes de aventura, tener romances y sexo desenfrenados, comprar todo lo que se nos ocurra “para mejorar la vida”. En fin, excesos y placeres momentáneos que el cuerpo y la tarjeta de crédito pueden aguantar por ser jóvenes.

Pero la verdadera buena vida, a nuestra edad (+55), se refiere a ser cuidadosos con nuestro cuerpo y nuestra mente, tomando en cuenta justamente una probable longevidad y eso incluye:

  • Alimentarnos de manera consciente y ponderada. Eso significa que debemos fijarnos en lo que comemos y cuánto comemos. Esto es fundamental y necesario si queremos mantenernos saludables y activos. 
  • Tener actividad física. Es decir, ejercitase y hacer deporte moderado, sin excederse en esfuerzos, que sea desafiante pero divertido.
  • Socializar. Propiciar reuniones pequeñas, esparcimiento y juegos con amigos y familia, que realmente permitan relajarnos y ser parte de un círculo social en el que seamos considerados importantes. Conversaciones distendidas (no política, no religión), asados, celebraciones, trae muchas satisfacciones y nos acerca más a  los que queremos.
  • Buscar espacios de trascendencia y de búsquedas personales (yoga, religión, retiros espirituales). Cierto aislamiento activo de vez en cuando, ayuda a desintoxicarnos del mundo.
El yoga estimula todos los sentidos. Foto: AARP

Mejor alimentación, más actividad física, buenas y activas relaciones interpersonales y sociales y más tranquilidad espiritual, es lo que ahora podemos considerar como “buena vida». Esto significa además, menos visitas al médico y por consiguiente, menos medicinas.

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Rompiendo estereotipos de edad

Esta campaña testimonial, promovida por quintopiso.net, busca cambiar la percepción sobre los viejos y quitar del imaginario popular algunos de los estereotipos que los definen. El ciclismo como actividad deportiva es el primer tema acompañado con el #soyveteranoenbici.

Esperamos su apoyo suscribiéndose al canal y compartiendo y publicando los videos, contando su experiencia con el ciclismo y anexando los hashtags sugeridos. 

#rompiendoestereotiposdedad #soyveteranoenbici #envejecimientoactivo   #seniorhealthcare #vejezsaludable #nuevosviejos

En Instagram: @rompiendoestereotiposdedad;

en Youtube: @quintopisonet.

Estos son algunos de los videos de la semana.

Gracias por compartir

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