Por Quintopiso

Como un homenaje a la tatuadora tradicional filipina Fang-Od[1], de 106 años, y a su paciente y delicada labor durante más de 90, la prestigiosa revista de moda Vogue, dedica su portada, en este caso en la versión filipina, a la artista aborigen, quien es la persona más longeva en aparecer en ella. Con un artículo de soporte titulado “Apo Whang-Od y las marcas indelebles de la identidad filipina”, la revista hace un rescate de su oficio, destacando su calidad y la originalidad de su técnica milenaria, con bellas imágenes realizadas por el fotografo de moda filipino Artu Nepomuceno.

Portada de la revista VOGUE de abril de 2023. Foto: Artu Nepomuceno.

Como antecedente, ya en el 2020, la revista había ampliado su criterio sobre moda y belleza y tuvo en su portada a la reconocida actriz inglesa, ganadora del Oscar, Judi Dench, de 85 años, quien apareció en la versión británica. También en octubre de 2017, en la versión Italiana, fue destacada la modelo y actriz estadounidense Lauren Hutton de 74 años, rompiendo un “veto” que pesaba sobre las modelos mayores de 30 años, que, además, le reconocía belleza sólo a la juventud.[2]

La editora en jefe de Vogue Filipinas, Bea Valdés, dijo que el personal de la publicación decidió por unanimidad que Whang-Od debería aparecer en la portada. “Sentimos que ella representaba nuestros ideales de lo que es hermoso en nuestra cultura filipina. Creemos que el concepto de belleza necesita evolucionar e incluir rostros y formas diversas e inclusivas. De lo que esperamos hablar es de la belleza de la humanidad”, agregó.


La última mambatok

Apo Whang-Od, también conocida como María Oggay, nació el 17 de febrero de 1917 en Buscalan, a unas 15 horas al norte de Manila, en la provincia de Kalinga y desde muy joven (15 años) aprendió el oficio y lo ha seguido haciendo ininterrumpidamente por 90 años.

Whang-Od en plena sesión de tatuaje que realiza a través de punzadas por martilleo. Foto: Scott Sorensen

Whang Od se tatuó cuando era adolescente. Cada uno de sus brazos tardó un día en estar terminado. Pagaron fardos de arroz por ello. Un artista llamado Anchubang la entintó y aprendió el arte al ver al mambabatok (tatuador ancestral) hacerlo. Lo practicó con sus amigos y su trabajo finalmente se destacó. 

Lo interesante de este caso es que la centenaria tatuadora es todavía reconocida por su calidad, pero sobre todo por ser la única en practicar una antigua y tradicional forma de hacer tatuajes en Filipinas y que en manos de ella sigue vigente. Apo Whang Od domina la técnica de tatuaje conocida como ‘batok’, que cuenta con más de 1.000 años de antigüedad. Los tatuajes batok son hechos a mano por Whang-Od y los crea usando sólo un palo de bambú, una espina de árbol de cierto pomelo, agua y carbón.

Video del trabajo de Whang-Od. Tattoo World

Debido que ella es la última mambabatok que lo hace, tenía temor que se perdieran sus conocimientos. Por fortuna, ha logrado que sus sobrinas nietas se interesen y aprendan sus técnicas ancestrales y podrá dejar en manos de Elyang Wigan y Grace Palicas su legado, garantizando la continuidad de la tradición, por cuanto sólo se transmite entre consanguíneos. Whang-Od afirma que serán las siguientes maestras mambabatok.

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Whang-Od con una de las depositarias de su legado, su sobrina nieta Grace Palicas. Foto Vogue, Artu Nepomuceno.

Los tatuajes batok son realizados con una técnica milenaria: son hechos a mano por Whang-Od y los crea usando sólo un palo de bambú, una espina de árbol de cierto pomelo, agua y carbón.

Tatuaje significativo y selectivo

 “Anunciada como la última mambabatok de su generación, ha impreso los símbolos de la tribu Kalinga, que significan fuerza, valentía y belleza, en la piel de miles de personas que peregrinan a Buscalan”, dijo Vogue Filipinas en una publicación en las redes sociales.

Whang-Od en plena acción. Foto: Pauline, en PinayTravelers.com
Guía de diseños y algunos de sus significados.

Los diseños tradicionales provienen de los símbolos de la naturaleza y figuras geométricas significativas para la tribu Butbut, una comunidad indígena que vive en el pueblo de Buscalan. “Estos tatuajes eran normalmente hechos en mujeres, que los recibían como rito de paso y de belleza y que tenían el poderoso significado de transformación de niña a mujer,” según cuenta al periódico español La Vanguardia, en una nota que le hicieron a Whang-Od hace más de dos años.

El hecho de que más filipinos en todo el mundo opten por hacerse un tatuaje indígena que contenga simbolismos de su historia, puede verse como un paso hacia la descolonización de la estética, la reivindicación de sus cuerpos y la reconexión con sus raíces.

“Antes, los tatuajes en hombres significaban que eras un guerrero. Y los tatuajes en mujeres significaban que eras hermosa.” Antes, los hombres eran los mambabatok (tatuadores) y las mujeres las tatuadas. Las mujeres han dado un salto liberador con Whang-Od y ahora son ellas las tatuadoras.

«Les daré el tatuaje Buscalan, tatuaje Kalinga mientras mis ojos puedan ver»

Fang-Od
Cuando no está en su oficio, en la casa es activa y se mantiene ocupada. Aquí, cuidando sus cerdos. Foto Apol Danganan

Los visitantes que buscan sus diseños geométricos característicos tienen que hacer un exigente viaje de más de 15 horas para llegar hasta Buscalan y constituyen gran parte de su clientela. Sin embargo, no a todos les hace los tatuajes: es ella la que elige a quién se los hará, por lo que muchos no podrán alcanzar esa satisfacción. Para ellos los diseños son sólo estéticos; para los nativos, tienen un significado diferente.

«Les daré el tatuaje Buscalan, tatuaje Kalinga mientras mis ojos puedan ver», finaliza diciendo la centenaria tatuadora, ejemplo de vitalidad y compromiso.

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[1] En un texto de 2013, escrito por Apol Danganan en el blog https://www.vagabondjourney.com/fang-od-kalinga-tattoo/, aparece como Fang-Od, y así lo muestra una foto de ella con un letrero a sus espaldas que la identifica: “Tattoo artist Fang-Od”. Es probable que la revista lo adaptara a la fonética anglosajona (?). Para evitar confusiones mantenemos el de la publicación.

Fang-Od a la entrada de su casa. Nótese el letrero con su nombre en el balcón. Foto Apol Danganan

[2] En el mundo de la moda, hasta inicios del siglo XXI, las modelos eran ‘jubiladas’ por las marcas, las pasarelas y las revistas al cumplir los treinta años, por considerárseles ‘viejas’. El estigma de las líneas de expresión alrededor de los ojos que empiezan a formarse entre los 30 y los 40, empezó a crear la necesidad de rellenarlas, surgiendo el Botox como la «inyección milagrosa» y el surgimiento de una multimillonaria industria (cremas, inyecciones, tratamientos, cirugías) que gira en torno al ideal del «rostro juvenil» -sin arrugas- y al disimulo de esos signos de vejez exterior.

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