«La felicidad y el bien supremo constituyen el verdadero fin de la vida. Es vivir según piden las virtudes».

Aristóteles

Ser feliz o estar en estado de felicidad es un momento o etapa de la vida en que uno se siente «contento» consigo mismo, lo cual se refleja en el cuerpo, el ánimo y en todo lo que hacemos. Eso es lo que llamamos «estar bien» o «feliz». Es un estado ideal, agradable, siempre deseable. Sin embargo, también es inestable y mutable sin aviso previo. Un estado de satisfacción material (tener dinero, poseer cosas), tener placer, enamorarse, conseguir éxito profesional, son algunas cosas que se confunden con la felicidad. Quizás para algunos, es la combinación de todos; para otros con uno de éstos estaría ‘contento’ (¿feliz?). Pero llegar a ese equilibrio o ‘estado ideal’, que es lo que buscamos siempre, no es fácil de lograr.

Según la OMS, las personas mayores de 82 años son más felices.

Las Fórmulas de la felicidad para la vida y el trabajo

Pero para el científico social norteamericano Arthur Brooks1 (Spokane, USA, 1964), ese estado ideal se puede lograr a través de unas «fórmulas» o «ecuaciones» que él propone, en las que intenta definir y aclarar de dónde proviene la felicidad y cómo encauzarla. Y Brooks no es un recién llegado al tema: lo ha estudiado en profundidad, ha sido conferencista y ostenta la Cátedra de la Felicidad en la prestigiosa Universidad de Harvard desde hace algunos años. Este curso hace parte del programa de administración y finanzas (MBA) y es considerado uno de los más populares y novedosos dentro de la universidad. Es además, autor del libro «Felicidad Nacional Bruta: Porqué es importante la felicidad» (2008).

Entre los temas de estudio en su cátedra están: «El afecto y el sistema límbico», «La neurobiología del lenguaje corporal», «La homeostasis y la persistencia del bienestar subjetivo», «La oxitocina y el amor», «La centralidad de la adquisición y el afecto negativo» entre otros, que relacionan la ciencia con las emociones y los afectos.

Brooks, quien también es músico, escribió para la conocida revista de análisis The Atlantic, un interesante artículo sobre “el bienestar subjetivo”, nombre dado académicamente al concepto de felicidad. Y en él recoge algunas experiencias de sus cursos, así como las de otros que han investigado más en profundidad sobre la influencia que tiene en el trabajo y la productividad dicho concepto.

Algunos referentes

Uno de los psicólogos sociales más distinguidos del mundo, Martin Seligman, es el creador del concepto de Psicología Positiva, que convirtió en un posgrado que imparte en la Universidad de Pensilvania. La Psicología positiva es definida como “el estudio científico de las fortalezas que permiten que los humanos y las organizaciones prosperen”. Esta maestría es considerada como la vanguardia de los estudios sociales relacionadas con el bienestar en el trabajo. El enfoque se relaciona con los beneficios de estar bien y disfrutar lo que hacemos para ser más productivos.

Angus Deaton, premio Nobel de economía en 2015, en coautoría con Daniel Kahenman premio Nobel 2002, concluyeron después de un estudio minucioso (incluidas miles de encuestas), que el dinero sí da felicidad, pero tiene un límite: en USA $75.000 anuales, que es la cantidad que cubre todas las necesidades básicas y produce en las personas un sentido de satisfacción y tranquilidad. Sobrepasado esto, el dinero ya no tiene ingerencia en su estado de felicidad.

También la reconocida casa editorial de textos científicos Springer, que edita las revistas Nature y Scientific American, entre otras, publica desde el año 2000 La revista Journal of Happiness Studies (Revista de estudios sobre la Felicidad), que goza de un gran prestigio entre los círculos académicos y en la que exponen sus investigaciones sobre el tema los más prestantes sicólogos, sociólogos y estudiosos del comportamiento humano.

Por otro lado, el neurocientífico Daniel Levitin afirma, con base en estudios de la Organización Mundial de la Salud, que el ser humano alcanza su nivel máximo de felicidad a los 82 años, es decir, cuando sus responsabilidades disminuyen.

 «La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro»

Henry David Thoreau (1817 – 1862) -Filósofo
Matthieu Ricard es escritor, fotógrafo y monje budista, es considerado «el hombre más feliz del mundo» luego de una prueba científica que supuestamente así lo certificaba. Aquí en una charla TED sobre los hábitos para ser feliz.

¿Por qué el tema de la felicidad se está volviendo tan popular, sobre todo entre los académicos relacionados con los negocios y las finanzas? La respuesta nos la proporciona el propio Brooks: El bienestar está ligado a una mayor productividad. Yo estoy bien, produzco más. Y esto no necesariamente va enfocado a una “explotación” sino más bien a una preparación mental para el disfrute del trabajo. Asimismo, en sentido contrario: el trabajo satisfactorio hace parte de ese sentimiento de bienestar. O así nos lo ‘vende’ Brooks. Y para lograrlo, nos propone 3 ‘ecuaciones’.

Fórmulas o ecuaciones para alcanzar la felicidad personal y en el trabajo

En la primera ecuación nos define la felicidad (o bienestar subjetivo) en éstos términos:

Bienestar subjetivo = Genes + Circunstancias + Hábitos

“El bienestar subjetivo es un término artístico que suelen utilizar los científicos sociales. ¿Por qué no la felicidad? Muchos científicos consideran que la felicidad es un término demasiado vago y subjetivo, y que contiene demasiadas ideas en competencia. En el lenguaje cotidiano, la felicidad se usa para denotar todo, desde un buen humor pasajero hasta un sentido más profundo de significado en la vida”, recalca Brooks. El término bienestar subjetivo en cambio, amplía el espectro y lo relaciona con estados de ánimo, herencias genéticas y circunstancias específicas en las cuales estamos inmersos en un momento dado.

Llas buenas relaciones y la felicidad casi siempre van juntas.

«Una vida altamente satisfactoria (feliz) en general, es consecuencia de tener vínculos interpersonales suficientes, una adecuada sensación de control, así como a tener proyectos vitales que sean significativos y que transmitan la sensación de que lo que se le aporta al mundo merece la pena.»

Gonzalo Hervás-Profesor de Psicología, Universidad Complutense de Madrid.

Algunos estudios como el de la psicóloga social Sonja Lyubomirsky, profesora de Psicología de la Universidad de California y especializada en la investigación de la felicidad, demuestran que el 50% de la felicidad que sentimos depende de nuestros genes; entre tanto las circunstancias tienen entre un 10 y un 40% de influencia en nuestro bienestar subjetivo. Esta variación fluctúa dado que las circunstancias se mantienen poco tiempo o son variables (este estudio se encuentra en su libro «la ciencia de la felicidad»). Aunque algunas veces nos pueden afectar más, como una ruptura sentimental, por ejemplo. Sin embargo, somos más resilientes y podemos sobreponernos (si no, revise su propia vida) y eso tiene que ver con la ‘homeostasis psicológica’, que no es otra cosa que la tendencia a acostumbrarse rápidamente a las circunstancias, tanto buenas como malas. “Esta es la razón principal por la que el dinero no compra la felicidad: nos acostumbramos a lo que compra muy rápidamente y luego volvemos a nuestro punto de ajuste de felicidad” dice Brooks.

Arthur Brooks habla sobre el secreto de la felicidad. Fuente: American Enterprice Institute

Ecuación 2: los hábitos

Nos quedan nuestros hábitos. Y estos se definen en la ecuación 2:

Hábitos = Fe + Familia + Amigos + Trabajo

Aquí está el corazón, el centro de todo (el ‘Core’ dicen los economistas jóvenes). La felicidad duradera proviene de las relaciones humanas, el trabajo productivo y los elementos trascendentales de la vida.

La fe se relaciona con las creencias, con el apego a ellas, cualesquiera que ellas sean.

La integración familiar es fundamental, es el ancla que retiene y ayuda, así también los amigos que, en muchos casos, se convierten en una extensión de la familia. Los que tienen lazos afectivos fuertes son más ‘felices’ y tienen una mayor posibilidad de prosperar.

Por último, está el trabajo. Lo que hace que el trabajo sea significativo no es el tipo de trabajo, sino la sensación que tienes de que estás siendo exitoso y sirviendo a los demás. Este debería ser el sentido final del trabajo.

Y es ahí donde se completa la ecuación y nos permite una conclusión: somos más productivos si somos felices. Y somos más felices si disfrutamos lo que hacemos.

Tercera ecuación

Satisfacción = Lo que tienes ÷ Lo que quieres

Foto: MasScience.

¿Cuándo sentimos que estamos satisfechos? El hombre (como genérico de especie humana) nunca está satisfecho, siempre quiere más.

“El secreto de la satisfacción es concentrarse en el denominador de la Ecuación 3. No se obsesione con lo que tiene; mejor, gestione sus deseos. No cuente sus posesiones (dinero, poder, prestigio, parejas románticas o fama), ni trate de averiguar cómo aumentarlas; haga más bien un inventario de sus deseos mundanos y trate de disminuirlos” propone el científico social. 

“He aprendido a buscar mi felicidad limitando mis deseos en vez de satisfacerlos”.

John Stuart Mill (1806 -1873) -Filósofo

“El dinero no da la felicidad” es una frase manida. Pero se podría decir mejor: «El dinero no compra la satisfacción«. Nos acostumbramos rápidamente a circunstancias de crecimiento económico y no nos damos cuenta de su peligro. Nos puede más la ambición.

“Haga una lista de los archivos adjuntos en su vida que necesita descartar. Luego, haga un plan para llevarlo a cabo. Ahí puede estar la clave de su satisfacción”, concluye Brooks.

Según Brooks, si logramos resolver adecuadamente las anteriores ecuaciones podríamos, por lo menos, hacer un acercamiento a la felicidad.

Usted que opina: ¿Está de acuerdo con Brooks? ¿Podemos ser verdaderamente felices? ¿O será una ilusión, una utopía? Cuéntenos su experiencia, ¿Qué es para usted la felicidad? Nos puede dejar su opinión en quintopisojb@gmail.com o en jbcubaque@gmail.com

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  1. Arthur C. Brooks (1964) es científico social, artista (trompetista) y colaborador en The Atlantic, profesor de Práctica del Liderazgo Público en la Escuela Kennedy de Harvard y profesor de práctica administrativa en la Escuela de Negocios de Harvard. Es el presentador de la serie de podcasts How to Build a Happy Life y autor de From Strength to Strength: Finding Success, Happiness, and Deep Purpose in the Second Half of Life. Es autor del libro «Ama a tu enemigo» (2019) y «Felicidad Nacional Bruta: Porqué es importante la felicidad» (2008), entre muchos otros.

Referencia

Artículo original publicado por Arthur C. Brooks en la revista The Atlantic: https://www.theatlantic.com/family/archive/2020/04/how-increase-happiness-according-research/609619/?utm_content=edit-promo&utm_term=2020-04-09T10%253A00%253A57&utm_campaign=the-atlantic&utm_medium=social&utm_source=twitter