Hasta hace menos de treinta años, ser viejo* era ser mayores de 50 años. Pasar ese umbral era un límite psicológico que hacía que la persona se sintiera “vieja”, es decir, que por esa visión atávica respecto a la edad, psicológicamente se empezaba a tener limitaciones físicas (se paraba de repente, toda actividad física y […]