¿Nunca tocaste un instrumento ni cantaste? Ningún problema. Aprender como adulto puede traer alegría y estimular el cerebro. Cantar en la ducha es divertido, pero unirse a un coro comunitario o de una iglesia, o cantar con un grupo de amigos, puede tener el beneficio adicional de la socialización. 

En la búsqueda de una vida plena y saludable, las personas mayores de 55 años están descubriendo los innumerables beneficios de sumergirse en el mundo de la música. Más allá de ser una simple actividad recreativa, el aprendizaje musical se está convirtiendo en una herramienta terapéutica y enriquecedora para esta etapa de la vida. Exploraremos los diversos beneficios que la música puede ofrecer a los adultos mayores y cómo esta práctica puede ser una fuente de alegría y bienestar.

Tocar o aprender a tocar un instrumento es una diversión terapéutica.

Hacer música es una actividad estimulante del cerebro a cualquier edad, según un informe sobre la música y el cerebro del Global Council on Brain Health (GCBH).

«Participar en la música en una etapa avanzada de la vida no sólo es bueno para el cerebro sino también para el bienestar social y emocional», dice Julene Johnson, directora asociada del Instituto para la Salud y el Envejecimiento de la Universidad de California en San Francisco, quien fue una de las expertas que escribieron el informe.

Para Johnson, quien dirigió un estudio relacionado en el que adultos mayores (muchos de ellos sin experiencia musical) se unieron a coros en centros para personas mayores. Después de seis meses, los cantantes se sintieron menos solos y con mejor disposición frente a la vida. También en la Universidad del Sur de Florida, investigadores encontraron mejoras en la velocidad de procesamiento mental, fluidez verbal y otros positivos cambios cognitivos entre adultos de 60 a 85 años que tomaron lecciones de piano durante varios meses.

Participar en grupos corales es otra de las alternativas de la actividad musical mayor. Foto: Mieke Strand

El neurocientífico y músico Daniel Levitin, otro colaborador del informe del GCBH, menciona que «las lecciones de música pertenecen a la larga lista de experiencias de aprendizaje que probablemente mejoren la salud del cerebro. La voluntad de probar cosas nuevas, ya sea hacer música, tomar lecciones de idiomas o resolver nuevos acertijos y leer libros, son claves para un envejecimiento activo y saludable», dice Levitin

He aquí algunos de los beneficios de aprender o practicar música, ya sea cantando o tocando un instrumento:

1. Estimulación Cognitiva: El aprendizaje de la música implica el uso de diversas habilidades cognitivas, desde la memoria hasta la concentración y la coordinación. Estudios han demostrado que tocar un instrumento musical puede estimular áreas específicas del cerebro, mejorando la función cognitiva y ayudando a prevenir el deterioro mental asociado con la edad.

2. Mejora de la Capacidad Auditiva: La música no solo es un placer para el oído, sino también una herramienta para mejorar la capacidad auditiva. El aprendizaje musical fortalece la audición y permite a los adultos mayores disfrutar más plenamente de la riqueza de los sonidos a su alrededor.

3. Socialización y Comunidad: Aprender música a cualquier edad puede ser una experiencia social enriquecedora, pero para los mayores, puede convertirse en un lazo especial. Las clases de música ofrecen un espacio para socializar, compartir experiencias y construir nuevas amistades, creando una comunidad que puede tener impactos positivos en la salud mental y emocional.

4. Reducción del Estrés y la Ansiedad: La música tiene el poder de calmar el alma. Tocar un instrumento o simplemente disfrutar de la música puede reducir el estrés y la ansiedad, proporcionando un escape emocional y una vía para expresar emociones.

5. Ejercicio Físico y Coordinación: Aprender a tocar un instrumento implica movimientos físicos específicos que mejoran la coordinación y la destreza del cuerpo. Incluso actividades como el baile, relacionadas con la música, ofrecen beneficios físicos y cognitivos, promoviendo la salud mental, la cardiovascular y la movilidad.

Grupo de Proyección Adulto Mayor, que se ha formado en la Academia Luis A. Calvo de Bogotá. Foto: ALAC

Una experiencia interesante esta sucediendo en la Academia de música Luis A. Calvo, adscrita a la Universidad Distrital de Bogotá, en donde desde hace más de 12 años se ha ido conformando un grupo de personas entre 50 y 85 años, que a través de los cursos libres, especialmente de instrumentos de cuerda: guitarras, bandolas, tiples y cuatros, interpretan música tradicional colombiana.

Dirigidos por la guitarrista y bandolista Cindy Gómez, quien los motiva y los apoya, este grupo ha realizado presentaciones y videos que no necesariamente requieren la presencia física (la experiencia surgió en la pandemia) y por iniciativa de la profesora, han grabado algunos temas donde demuestran su habilidad y conocimientos musicales, así como el acoplamiento y la integración como grupo, en proyectos complejos como el video que mostramos aquí.1

En Argentina, encontramos una experiencia vital que tiene otro ingrediente sorprendente y motivante: es la Primera Orquesta Intergeneracional, curiosamente, bajo la tutela del Sistema de Orquestas juveniles e infantiles de Jujuy (SOJ).

Promovida por su actual director, Sergio Jurado, profesor de la SOJ, quien para su sorpresa, al preguntar a los abuelos que iban con sus nietos a acompañarlos a la escuela de música, si tocaban un instrumento o querían aprender a tocar alguno, respondieron afirmativamente. Este fue el detonante de este proyecto pionero. En este caso, los incentivos son mayores, pues las tres generaciones interactúan y aprenden juntos, dándoles una motivación adicional a unos y a otros para el aprendizaje.2

Primera Orquesta Intergeneracional en Jujuy, Argentina. Foto: La Nación.

El aprendizaje de la música en personas mayores de 50 años no solo es una actividad recreativa, sino una puerta hacia una vida más plena y saludable. Los beneficios cognitivos, sociales, emocionales y físicos hacen de la música una herramienta valiosa. Al integrar la música en sus vidas, los adultos mayores pueden descubrir una fuente interminable de alegría y bienestar que les ayudará a mantenerse bien, en actividad y participativos socialmente.

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