¿No se resistió a cantar leyendo el texto anterior? Es probable que además, se le haya venido a la memoria no solo Ana y Jaime sino toda esa generación de artistas de los 60s y 70s que interpretaban este tipo de canciones. Por supuesto que usted fue de la generación que vivió y cantó las que se conocieron como canción social o de protesta, reunida bajo el título generalizado de “Nueva Canción Latinoamericana” por su coincidencia temática en el panorama de inestabilidad política de la región. Y por consiguiente, su memoria también lo llevará a muchos de sus referentes como los chilenos Violeta Parra («Me gustan los estudiantes»), Víctor Jara («Ni chicha ni limoná») o Quilapayún (“El pueblo Unido, jamás será vencido”); o los argentinos Horacio Guaraní (“Si se calla el cantor”), la gran Mercedes Sosa (“Razón de vivir”), el inmenso Atahualpa Yupanqui (“Los ejes de mi carreta”); los cubanos Silvio Rodríguez («La maza») y Pablo Milanés («La vida no vale nada»); a los venezolanos Alí Primera (“Techos de cartón”) y Soledad Bravo (“Hasta siempre, Comandante Ché Guevara”); y en Colombia recordará a Eliana (“Qué más quieren los señores”), Luis Gabriel (“Así es mi pueblo”) y obviamente, a Ana y Jaime (“Ricardo semillas”).

La cigarra. Mercedes Sosa

Todos ellos hicieron parte de movimientos artísticos de tendencia izquierdista en sus respectivos países, la mayoría basados en música folclórica, como la nueva canción en Chile y Argentina, o Tropicalia en Brasil, la nueva trova cubana, o la canción protesta en Colombia.

Algunos de éstos movimientos surgidos a finales de los sesenta y comienzos de los setentas, como respuesta a gobiernos represivos y/o dictaduras que fueron apareciendo en algunos países latinoamericanos como Brasil (Castelo Branco), Perú (Velasco Alvarado), Chile (Pinochet), Paraguay (Strossner), Nicaragua (Somoza), Ecuador (Velasco Ibarra), Uruguay (Bordaberry), Argentina (Videla) o Bolivia (Banzer), todas ellas propiciadas y auspiciadas por el gobierno de Estados Unidos (Nixon) bajo el nombre de “Plan Cóndor”, dirigido por el entonces Secretario de estado Henry Kissinger, con el fin de evitar que gobiernos de izquierda se tomaran el poder, tal y como había sucedido en Chile con Salvador Allende.

Mi país. Ana y Jaime

Todos los que crecimos en los años de la naciente Nueva Ola, recordamos a Ana y Jaime (A&J) como dos muchachitos “bien”, que decidieron montarse en el difícil potro de la canción protesta y que lograron domarlo. Sus canciones se convirtieron en himnos y hacen parte de la banda sonora de las generaciones de los 50, 60, 70 e incluso 80s.

Desde muy niños, tuvieron inquietudes musicales, Jaime (1953) con la guitarra y Ana (1954) con el canto. Ninguno de los dos estudió música “porque eso no es una profesión” según la idea de los padres de la época, pero cada uno tenía lo suyo: ella una voz sedosa y fresca y él un sentido musical, que le permitió aprender a tocar la guitarra de oído. Cantaban en veladas y eventos familiares, hasta que, convencidos de su talento, decidieron dar el paso hacia un mayor reconocimiento y alguien les sugirió que por qué no se presentaban en la moderna Radio 15 dirigida por Alfonso Lizarazo, que era el programa juvenil de moda y el punto de apoyo para el lanzamiento de nuevas figuras en el universo musical de la “Nueva ola”. De Radio 15 surgieron figuras como Harold, Oscar Golden, Leonardo, Vicky y Claudia de Colombia, entre otros.

A&J le hicieron la persecución a Lizarazo hasta que, finalmente, lograron contactarlo, los escuchó y desde ese momento se convirtió en su mentor y el productor de sus primeros discos que los catapultaron a la fama.

Aunque A&J nunca fueron militantes de izquierda, lograron involucrarse en el movimiento contestatario colombiano en lo que algunos denominaron como la “protesta comercial”, cantos de protesta con ritmos y letras pegajosas que podían pasar por la radio comercial sin los inconvenientes y persecuciones que tuvieron otros como Piero (“Las cosas que pasan”, “Que se vayan ellos”, “Los Americanos”) a quien expulsaron de su propio país y en alguna ocasión, también de Colombia, por las letras subversivas de sus canciones.

Los americanos. Piero en vivo en Medellín

En 1969, año en que hicieron su debut en Radio 15, grabaron su primer LP “Diré a mi gente”, álbum detonante de la carrera de este dueto y del que se destacan “A desalambrar”, el icónico “Café y Petróleo” que trascendió fronteras y “Ricardo semillas”, (homenaje a Ricardo Lara Parada guerrillero del ELN, asesinado y convertido en mártir), que desde entonces se convirtieron en indispensable equipaje de viaje para una generación inconforme, que crecía con descontento por las desigualdades y violencia que vivía el país, y que este dueto juvenil (Jaime tenía 16 años y Ana 15) supo canalizar a través de sus canciones.

Continuaron con “Este viento”, otro gran éxito (1970); y con otros dos LP “Sueños y soñadores” (1972) y “Un nuevo comenzar” de 1975 que no tuvieron la misma acogida. Publicaron su último disco “Ana y Jaime” (1977), para Discos Fuentes, una recopilación de sus éxitos anteriores, con algunas canciones nuevas como los covers “A veces quisiera ser ciego” (de Alí Primera) o” Love Story”, antes de su prolongada separación (casi 20 años), hasta 1997 cuando volvieron a grabar “Los años inmensos” que fue su resurgimiento.

En el interregno, Ana se casó y se fue a vivir a Venezuela, mientras Jaime se dedicó a la producción musical y la creación de jingles publicitarios. En 1986 fue invitado a componer la canción de introducción para una nueva serie sobre la vida escolar llamada inicialmente 5° (bachillerato), que terminó llamándose Décimo grado al cambiarse ese año la denominación escolar y a la que se unió Iván Benavides con su letra. Fue un éxito inmediato que, además, ayudó a potenciar a la serie y que complementó con Déjame, una declaración juvenil de principios y libertad. En 1999, hicieron su última grabación, “La Huida”.

Los años inmensos. Ana y Jaime

Muchas de las composiciones exitosas que interpreta este dúo fueron escritas por el poeta nadaísta quindiano Nelson Osorio Marín, entre ellas las baladas «Este viento amor», «Diré a mi gente», “Ricardo Semillas” o “Los años inmensos”. La de ”Café y Petróleo” es del arpista venezolano radicado en Colombia Manuel J. De La Roche y es un tema que hace referencia a los dos principales productos de exportación de Colombia y Venezuela y base de sus economías de mediados del siglo XX, que fueron expoliadas por la clase política de ambos países, quienes hicieron fortunas personales, dejando muy poco para el desarrollo de sus países.

Escribe sobre Nelson Osorio, su amigo Jotamario, en una nota necrológica:

Escribió además Osorio, un bello poema que recoge recuerdos de la época feliz y partes de sus poemas-canciones, titulado “Los años inmensos”, convertido en la canción referente para el retorno de A&J en 1997, luego de sus años de silencio.

Muchos otros compositores y poetas han sido fundamentales en la carrera de estos artistas, como el también nadaísta Pablus Gallinazus (Mi País, Banderitas tricolores); Iván Benavides (“Alba” o “Decimo grado”), Charito Acuña (“Para qué”), Álvaro Serrano y Carlos Morean (El Bambuquito), entre otros.

Las versiones o reinterpretaciones de canciones de otros (covers) también son parte de su repertorio exitoso, al imprimirles su toque personal y trascenderlas. Podemos mencionar “Soy rebelde” (Jeannette), “Estaciones en el sol” (De Jacques Brel, pero más conocida por la versión de Terry Jacks en inglés), “Ni chicha ni limoná” (Victor Jara) o “Guillermo Tell” (Carlos Varela), entre las más reconocidas.

Los Informantes.2019

Por último, no olvidemos su faceta romántica en la que encontramos algunos buenos ejemplos como “Este viento amor” o “Estaciones en el sol”. Sin embargo, la que considero el punto más alto, el summum de la expresión del amor, es “Para qué” de Charito Acuña:

A&J, a sus 68 y 69 años respectivamente, siguen activos. En julio de 2023, y para cerrar con broche de oro su extensa carrera de más de 53 años en los escenarios de Colombia y Latinoamérica, han realizado un especial con la Orquesta Sinfónica de Bogotá, llamado “Ana y Jaime Sinfónico”, que convierte sus reconocidas canciones en versiones orquestales, cantadas por sus protagonistas. Con este espectáculo han vuelto a recorrer el país: Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cali, Manizales, entre otras, los han aplaudido con su más reciente proyecto-homenaje.

Qué bello homenaje y qué mejor manera de redondear una carrera de éxitos que perduran.

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*John Brian Cubaque (1954) es Diseñador gráfico, especializado en diseño editorial y docente universitario. Ex periodista gráfico de la revista Semana y de la Agencia nacional de noticias CIEP. Actualmente es editor de contenidos en quintopiso.net, pagina dedicada al bienestar, respeto y empoderamiento de personas mayores de 50 años.

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