Longevidad y bienestar

La esperanza de vida promedio en el mundo se acerca ya a los 72 años. En países como Suiza, España, Australia o Canadá esta expectativa sube hasta los 85 en mujeres y 82 en hombres1. Esto se debe a los grandes avances científicos, médicos y farmacéuticos, especialmente a partir de la decodificación del genoma humano y de la pandemia de la Covid-19. La mayor información sobre la importancia del ejercicio, la nutrición equilibrada, la tecnología -incluido el internet-, y sobre todo la actitud, son las claves de la longevidad actual.

Los grandes cambios sociales de finales del siglo XX también aportan y mucho, al cambio de paradigma sobre la vejez. Los años sesenta y setenta del siglo pasado trajeron cambios estructurales en el pensamiento, la cultura y la sociedad -Babyboomers-. La liberación femenina y el empoderamiento de la mujer; las nuevas expresiones musicales y de la moda, así como la liberación sexual, lograron cambios en la mentalidad de la gente.

Hay vida (y buena vida) después de la jubilación. Esta nueva vitalidad se debe a todos los ítems anteriores y también a la mentalidad rejuvenecida y a las ganas de seguir estando activos y productivos que tienen los viejos de hoy.

Nuevos emprendimientos, la variedad y calidad de utilización del tiempo libre con oportunidades de participación en deportes, música, artes en general; las muchas posibilidades para viajar y hacer turismo, de conocer nuevas culturas, hacen parte fundamental de las opciones que tienen actualmente las personas que entran en etapa de jubilación.

Uno de los ítems importantes para envejecer bien es sentirse útil en su entorno social y estos emprendimientos y el uso enriquecido del tiempo libre así lo demuestran. También están el sentido solidario, la curiosidad y el interés en aprender cosas nuevas como un idioma o la exploración de nuevas habilidades artísticas o artesanales, entre otras. La nueva vejez nos trae nuevos retos.

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Entender que sus conocimientos y su experiencia, no suficientemente valorada por las empresas, en las cuales ser viejo es visto como un estorbo, puede servir para emprender y seguir siendo productivos. Uno de los puntos importantes para envejecer bien es sentirse útil en su entorno social y estos emprendimientos y el uso enriquecido del tiempo libre, así lo demuestran. También están el sentido solidario, la curiosidad y el interés en aprender cosas nuevas como un idioma o la exploración de nuevas habilidades artísticas o artesanales, entre otras. La nueva vejez nos trae nuevos retos. Y ¿los nietos? Sí, también habrá tiempo para ellos.

Les dejamos esta entrevista con reflexiones sobre la longevidad y el nuevo concepto de envejecimiento. Entrevista de Jorge Ramos a Diego Bernardini, experto en envejecimiento.

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Lucía Martínez Virto*

Hay mucha vida después de la jubilación. Casi dos décadas en algunos casos. Y encima, gozando de más bienestar que nunca. Hoy por hoy, los años que nos restan cumplidos los 81 equivalen a los que nos quedaban por vivir a los 65 en 1900. Si hacemos las cuentas, significa que hemos ganado 16 años. Como dirían “los modernos”, los 80 son los nuevos 65.

Por eso algunos autores defienden que, más que envejecer, la población está rejuveneciendo. El incremento de la esperanza de vida es fruto de un buen sistema de salud y de un sistema de pensiones que, aunque aún no cubre la totalidad de la población, funciona; que juntos nos han permitido no solo ganarle años a la vida sino también sumarle calidad.

¿Cuánto vamos a vivir?

Claro que la evidencia científica nos dice que la capacidad de enfrentar la etapa postjubilación no es universal. Sin ir más lejos, la longevidad guarda una estrecha relación con el sexo, la trayectoria vital de las personas y su nivel socioeconómico. Según datos del DANE (2021), la esperanza de vida de mujeres alcanza los 80 años de media en Colombia y 73,7 años en el caso de los hombres.

«Nuevos emprendimientos, la variedad y calidad de utilización del tiempo libre con oportunidades de participación en deportes, música, artes en general y las muchas facilidades para viajar y hacer turismo, de conocer nuevas culturas, hacen parte fundamental de las opciones que tienen actualmente las personas que entran en etapa de jubilación.»

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Por otro lado, los años que le ganamos a la vida se ven muy influidos por determinantes sociales como nuestro nivel de estudios, lugar de residencia o trayectoria laboral. En cuanto a la formación, las últimas cifras hablan de un incremento en la longevidad de 2,2 años en el caso de los hombres que cursan estudios secundarios con respecto a los primarios. Y de 4,3 años en el caso de las mujeres.

¿Y qué hay del lugar de residencia? Hay una diferencia de más de 6 años en la esperanza de vida entre ciudades prósperas y ciudades de menores ingresos. El nivel socioeconómico afecta indiscutiblemente a la longevidad. No es igual para todo el mundo.

El hipismo, la liberación femenina y la sexual, entre otros, trajeron cambios en la visión moderna de la vida. Foto Shuttersock

Cómo pinta la postjubilación también depende de qué decisiones se tomen en torno al sistema público de pensiones. La garantía pública de una pensión suficiente que permita enfrentar la vejez con dignidad es fundamental para este tránsito. Sobre todo tras saber que, según un reciente estudio del Instituto alemán Max Planck de Investigación Demográfica (MPIDR), los hombres con pensiones bajas viven, de media, cinco años menos que aquellos con pensiones más altas.

Pero el sistema de pensiones no es en absoluto indiferente al incremento de la esperanza de vida. Y caben varias medidas para apoyar su sostenibilidad. Entre ellas, elevar las cotizaciones, reducir la precariedad laboral o subir los salarios. Aunque sin duda la más conocida es el aumento de la edad de jubilación. En España, se incrementó progresivamente el umbral de la jubilación de los 65 a los 67 años a partir del 2011; en Europa la media es 64 años; por Latinoamérica, en Argentina, Chile y Cuba así como en México, los hombres se jubilan a los 65 años y las mujeres con 60; en Bolivia, es a los 50 y la edad de acceso a la pensión solidaria es de 58 años para hombres y mujeres, con 10 años de cotizaciones y las mujeres pueden jubilarse un año antes por cada hijo que tengan, con un máximo de tres. En Colombia, es de 62 años para hombres y 57 para mujeres.2 Claro que si nuestra trayectoria educativa o laboral puede marcar los años que nos quedan por vivir, ¿es justo y equitativo implementar esta decisión para todas las personas trabajadoras por igual?

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¿Tras la jubilación qué?

La población jubilada no es uniforme. Generalizando mucho, podríamos hablar de dos grandes grupos con necesidades muy distintas. De un lado, quienes tras la retirada del mundo laboral demandan actividades de ocio o formación, que previenen la dependencia. De otro, las personas con necesidades de cuidados permanentes.

Es amplia la evidencia científica que apunta a que una etapa postjubilación activa en el deporte, el ocio, la formación y la participación social incrementa la salud y contribuye a prevenir el envejecimiento funcional. Un reciente estudio realizado por cardiólogos/as de Francia sacaba a la luz los tremendos beneficios del ejercicio físico regular para el corazón.

Paralelamente, la Universidad Estatal de Humboldt (California) encontró pruebas de los aportes del deporte en la vejez para la prevención del deterioro metabólico. A lo que se suma que otro estudio liderado por la Universidad Goethe de Fráncfort (Alemania) reveló que el ejercicio aeróbico mejora las funciones cognitivas y contribuye a prevenir la demencia.

Con todo y con eso, no hay que olvidar que la condición socioeconómica también ofrece distintas oportunidades en la participación y el ocio, no solo derivadas de la capacidad económica con la que se enfrenta la vejez –vinculada a la trayectoria profesional de cotización–, sino también del nivel educativo o del lugar de residencia, aspectos que habría que tener muy presentes para el diseño, la planificación y la toma de decisiones políticas.

El ejercicio aeróbico ayuda a ralentizar enfermedades como el alzheimer. Foto: Getty

Jubilación activa

Abrirle la puerta a la jubilación es cruzar a un mundo en plena trasformación. Las evidencias científicas en este campo nos aportan claves para prever cómo de larga y saludable será nuestra trayectoria vital, pero también para decidir cómo queremos vivirla.

El colectivo de personas jubiladas, personas mayores o personas en situación de dependencia son cada vez más protagonistas de su propia vida. Su papel activo y participativo en las distintas dimensiones de la vida y la sociedad dibujan un tiempo nuevo. Con cambios necesarios que ojalá caminen hacia alianzas colectivas para una sociedad más cohesionada y socialmente más sostenible.

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Cerramos con una charla TED del Dr. Bernardini sobre la nueva longevidad. QP

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Quintopiso.net es una publicación digital dedicada al bienestar, respeto y empoderamiento de las personas mayores de 50 años. Sus contenidos buscan incentivar la actividad intelectual y física de esta franja etaria y promover la vejez activa y sana.

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*Lucía Martínez Virto, Departamento de Sociología y Trabajo Social. Área Trabajo Social y Servicios Sociales, Universidad Pública de Navarra

  1. Informe de la ONU 2022, publicado por el diario mexicano Expansión. https://datosmacro.expansion.com/demografia/esperanza-vida
  2. https://www.bbc.com/mundo/noticias-49022973

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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